miércoles, 16 de mayo de 2018

12 asesinos de una buena dirección


En mi experiencia aprendí que hay algunos asesinos de un buen liderazgo.

Decidí recopilar una lista de algunos de los asesinos más potentes que he observado a lo largo de los años. Cualquiera de estos puede aplastar un buen liderazgo. Es como una bola de demolición de potencial. Si no se abordan, pueden incluso demostrar ser fatales.

No es que la persona no pueda seguir liderando, sino que para crecer como líder, para tener éxito a un nivel superior o a largo plazo, debe abordar a estos asesinos.

Aquí hay 12 asesinos de buen liderazgo:

*La actitud defensiva: los buenos líderes no tienen una actitud defensiva llevando sus sentimientos sobre sus hombros. Saben que las opiniones de los demás son importantes y no temen ser desafiados. Son lo suficientemente seguros como para absorber las heridas destinadas a ayudarlos a crecer.

*Celos: un buen líder disfruta viendo a los demás en el equipo sobresalir, incluso dispuestos a ayudarlos.

*Venganza: el líder que triunfa a largo plazo debe ser indulgente; hay Gracia: sabe que "vengarse" solo regresa para dañarlos a ellos y a la organización.

*Temor: un buen líder permanece comprometido cuando no hay nadie más y se arriesga cuando nadie más lo hace. Otros le seguirán. Es lo que hacen los líderes.

*Favoritismo: los buenos líderes no tienen favoritos en el equipo. Recompensan los resultados, no la parcialidad.

*Ingratitud: los buenos líderes valoran a las personas, genuinamente, sabiendo que no pueden alcanzar el éxito sin los demás.

*Mentalidad pequeña: los buenos líderes piensan más que hoy. Son soñadores y gente de ideas.

*Orgullo: el orgullo viene antes de la caída. Los buenos líderes se sienten humildes por la posición de autoridad que se les ha confiado.

*Rigidez: hay algunas cosas sobre las que hay que estar firme, como los valores y la visión, pero para la mayoría de los problemas, el líder debe estar abierto al cambio. Los buenos líderes dan la bienvenida a nuevas ideas, al darse cuenta de que en la mayoría de todo se puede mejorar.

*Pereza - Uno no puede ser un buen líder y no estar dispuesto a trabajar duro. De hecho, el líder debería estar dispuesto a ser el trabajador más duro del equipo.

*Falta de respuesta: los buenos líderes no conducen con puertas cerradas. Responden a las necesidades y deseos de aquellos a quienes intentan dirigir. Responden a inquietudes y preguntas. Colaboran más que control.

*Deshonestidad: un buen líder debe estar por encima del reproche. Cuando un líder falla, él o ella debe admitir su error y trabajar para la restauración.

Un líder puede tener problemas con uno o más de estos puntos, pero el objetivo debería ser liderar "sin asesinos". Líder, se honesto, ¿con cuál de estas bolas de demolición luchas más?

¿Qué agregarías a mi lista?

Ron Edmondson

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