viernes, 16 de febrero de 2018

La soledad del liderazgo

Un día estaba hablando con un amigo que tenía que tomar algunas decisiones difíciles para la organización que dirige. Tenía confianza en que la dirección que él estaba dirigiendo era la correcta e, incluso, necesaria para la vida futura de la organización. Él había hecho su tarea. Trató de incluir a otros para llegar a una conclusión. Él estaba actuando en oración, estratégico y metódico.

Pero, también sabía que las decisiones que estaba a punto de tomar serían muy impopulares. Incluso sospechó que podría perder amistades en el proceso. (Algunas personas responden mal para cambiar>)

Pude recordarle algo que todos los líderes deben saber.

A veces hay soledad en el liderazgo, que no se puede evitar.

De hecho, incluso aconsejaría a las personas que no se ofrezcan a liderar si no están dispuestas a pasar por esto y estar de pie en esos momentos. Debería ser raro, la excepción no es la regla, y no debería durar mucho. Eso también forma parte del desarrollo de equipos saludables, por lo que no siempre estamos solos. Es por eso que tenemos a otros fuera de la organización que pueden hablar en nuestra vida y en quién podemos confiar cuando nos sentimos aislados.

(Por supuesto, como líderes cristianos nunca estamos realmente solos. Nuestro Dios está siempre presente. Pero las emociones a menudo son más fuertes que la realidad percibida y nos sentiremos solos).

Sin embargo, incluso en el mejor ambiente de equipo, habrá momentos en donde la dirección  de la organización necesitara tomar decisiones que afectan negativamente a otros en el equipo. En ocasiones, los líderes tienen que tomar decisiones poco populares para tomar las decisiones correctas al avanzar.

Y, en esos momentos, el líder puede sentirse abrumado, como nadie lo entiende, y muy solo. Podría ser por una hora, un día, una semana o una temporada. Una vez más, no debería durar mucho antes de que el líder busque ayuda, pero las emociones son reales.

Ha habido momentos en los que tengo que mantener conversaciones difíciles, corregir personas que están equivocadas o seguir el plan que creo que es mejor para la iglesia, aunque no sea popular. A veces tengo que decir que no cuando la presión es decir que sí. A veces tengo que guiar para avanzar cuando todos quieran estar quietos. A veces tengo que desafiar todas las probabilidades y las voces negativas y simplemente nos llevan a un territorio desconocido. Y, es todo porque me pongo un sombrero de líder.

No estamos sin precedentes bíblicos aquí. Considera a Moisés, Noé, David y Jesús, por nombrar algunos. No siempre fueron "populares" incluso cuando lideraban lo mejor posible y bajo la dirección clara de Dios.

La responsabilidad de ser un líder nunca debe ser abusada o conducir al abuso. El liderazgo nunca es una excusa para la dictadura o el control. Siempre debemos considerar los intereses de los demás por delante del nuestro. (Es un mandato bíblico). Pero no se equivoque, la soledad a veces viene con el territorio de ser un líder. En aquellos días, nos mantenemos firmes en nuestra fe y nuestro llamado. Y, esperamos mejores días.

Ron Edmondson​

No hay comentarios: