viernes, 13 de diciembre de 2024

La escases de amor

 Tengo algo que decirte ...

“Jesús le puso este ejemplo: —Dos hombres le debían dinero a alguien. Uno de ellos le debía quinientas monedas de plata, y el otro sólo cincuenta. Como ninguno de los dos tenía con qué pagar, ese hombre les perdonó a los dos la deuda. ¿Qué opinas tú? ¿Cuál de los dos estará más agradecido con ese hombre? Simón contestó: —El que le debía más. —¡Muy bien! —dijo Jesús. Luego Jesús miró a la mujer y le dijo a Simón: —¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, tú no me diste agua para lavarme los pies. Ella, en cambio, me los ha lavado con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos.  Tú no me saludaste con un beso. Ella, en cambio, desde que llegué a tu casa no ha dejado de besarme los pies. Tú no me pusiste aceite sobre la cabeza. Ella, en cambio, me ha perfumado los pies.  Me ama mucho porque sabe que sus muchos pecados ya están perdonados. En cambio, al que se le perdonan pocos pecados, ama poco.”, Lc 7:41-47

El relato sobre el fariseo Simón, la mujer y Jesús nos abre la puerta para hacer un autoexamen. Nos tenemos que preguntar si nuestras actitudes suelen ser sospechosas hacia otras personas porque nos consideramos intachables. Cuando esto sucede puede haber desaprobación y desprecio hacia otros. La jactancia y vanagloria puede formar parte de aquellos que se colocan en la categoría de los virtuosos, de los justos. Lo exterior puede jugar un papel de fidelidad y ejemplaridad. Existe un lenguaje controlado con sus respectivos gestos a una vida de observancia de ciertos reglamentos, estatutos o códigos. A Jesús no le impresionan las apariencias. “Jesús dijo: —Simón, tengo algo que decirte…” No se pone a discutir con él. Jesús le cuenta una pequeña historia y lo confronta para que se examine a sí mismo. El diagnóstico es la escases de amor. Por otro lado, la mujer expresa arrepentimiento, afecto, fe. Se entrega sin reservas a un amor más grande. La respuesta de Jesús fue: «Tú confías en mí, y por eso te has salvado. Vete tranquila.» En estos días el Señor nos vuelve a contar esta misma historia. Dios quiere que encontremos la paz y sigamos confiando en él.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

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