jueves, 12 de diciembre de 2024

Ausencia de amor

 Mirar hacia adentro

 “Me ama mucho porque sabe que sus muchos pecados ya están perdonados. En cambio, al que se le perdonan pocos pecados, ama poco”, Lc 7:47

 La grandeza y salvación consiste en darnos cuenta de que necesitamos arrepentirnos y confesar que hemos fracasado en nuestra relación con Dios y nuestro prójimo. El verdadero pecado se puede definir como la ausencia de amor. Esto mismo le pasaba al religioso Simón en relación con Dios y la mujer. El arrepentimiento puede consistir en que hemos fallado en cuestiones de amor, el deseo intenso de amar y de ser amado. Simón sabe los pecados de la mujer intrusa, pero ninguna virtud puede llenar el vacío del amor. No podemos justificarnos con ser intachables y mantener el orden exterior. No debemos tenerles temor a las lágrimas y ser despojados de las apariencias, de nuestra pobreza interior. El mayor pecado es cuando no deseamos que la luz de Dios nos examine por consideramos demasiado justos. La vida no cambia y puede seguir como antes a no ser que estemos dispuestos a que suceda algo nuevo y decisivo en nuestra existencia cotidiana. “No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes.”, Fil 2:3. “¡Que todo el mundo me busque para la salvación!, porque yo soy Dios; no hay otro. He jurado por mi propio nombre; he dicho la verdad y no faltaré a mi palabra: toda rodilla se doblará ante mí, y toda lengua me declarará su lealtad”, Is 45:22-23

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

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