Celebración
“El domingo nos reunimos en uno de los pisos altos de una casa, para celebrar la Cena del Señor”, Hch 20:7Uno de los aspectos significativos de la comunidad es su celebración por medio de la Cena del Señor. El primer día de la semana celebraban juntos la comunión unos con otros, la instrucción bíblica y la Cena del Señor. El “día del Señor” es muy significativo en medio de cualquier circunstancia que podamos vivir. Compartimos juntos la alegría y el sufrimiento. Aprendemos a esperarnos unos a otros renunciando a nuestro individualismo, 1 Co 11:17-34. Se trata de aceptar a los demás, saber recibir a otros, mirar por las necesidades, renunciar a nuestro egoísmo, vivir el apego, la empatía y no poner en vergüenza a los pobres. Recordar y hacer memoria del Señor es tener presente a la comunidad. Se nos llama a mirar nuestro interior y estilo de vida “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida”, Pr 4:23. “Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo”, Heb 3:12 "Por lo tanto, antes de comer del pan y beber de la copa, cada uno debe preguntarse si está actuando bien o mal”, 1 Co 11:28. Cuando celebramos al Señor en la relación unos con otros, Dios hace un nuevo compromiso con todos nosotros. Este compromiso es el mismo que vivió Juan cuando un domingo quedo bajo el poder del Espíritu Santo. “Pero él puso su mano derecha sobre mí, y me dijo: «No tengas miedo. Yo soy el primero y el último, y estoy vivo. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre, y tengo poder sobre la muerte”, Ap 1:17-18. “¡Pero gracias a Dios! Él nos da la victoria sobre el pecado y la muerte por medio de nuestro Señor Jesucristo”, 1 Co 15:57. Celebremos la vida.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox