martes, 5 de noviembre de 2024

Un gusto especial por la misericordia

 Polémicas

“Entonces llamaron a los padres del joven y les preguntaron: —¿Es éste su hijo? ¿Es cierto que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver”, Jn 9:18-23

La curación del ciego presento una serie de problemas, conflictos y polémicas. Represento un incidente desagradable para las autoridades y muchos más. Este caso fue una complicación donde la presencia del ciego fue molesta e incluso intolerable. Se diría que a todos les iban mejor las cosas en la medida que esta persona siga ciega y mendiga. Los religiosos llaman a los padres del imputado. Sus padres temen la expulsión de la sinagoga y la censura social. “Los padres respondieron: —De que éste es nuestro hijo, y de que nació ciego, no tenemos ninguna duda. Pero no sabemos cómo es que ya puede ver, ni quién lo sanó. Pregúntenselo a él, pues ya es mayor de edad y puede contestar por sí mismo. Los padres dijeron esto porque tenían miedo de los jefes judíos, ya que ellos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a todo el que creyera y dijera que Jesús era el Mesías”. En definitiva, sus padres se alejan de su hijo. Solamente lo reconocen en la medida que este ciego, pero declinan toda responsabilidad por el milagro ocurrido. Para las autoridades era mejor que este joven no se expusiera a tener relación con Jesús, que se guarde su problema y se acostumbre a vivir con su discapacidad. Para Jesús este joven necesita amor, aceptación y sanidad. Jesús sana, libera y da vida. Jesús prefiere el bien de la persona antes que la reglamentación, el legalismo y determinados códigos. No se deja guiar por la institución y sus estatutos en la declaración jurídica del día sábado. Nuestro Dios tiene un gusto especial por la misericordia. “Jesús volvió a hablarle a la gente: —Yo soy la luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Síganme y no caminarán en la oscuridad, pues tendrán la luz que les da vida.”, Jn 8:12

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

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