viernes, 3 de enero de 2025

Una sola cosa por la que vale la pena

 Un amigo que dice la verdad

“—Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles!”, Lc 10:41

Jesús es un amigo y no un diplomático. Le pudo decir a Marta que había una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. Podemos imaginar su tono de voz afectuoso, agradable, tierno y delicado. Se trata de estar a sus pies y escuchar sus enseñanzas. Jesús va camino a Jerusalén y es un tiempo diferente a cualquier otro. Por otro lado, muchas veces las cosas no salen como esperamos. No alcanzan las buenas intenciones cuando se trata solo de hacer. Es necesario parar, escuchar, pensar, reflexionar, descansar y volver a respirar aire puro. La agenda es del Señor y no nuestra. No se trata de nuestros deseos, perspectivas y control. “Si pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de los ángeles, pero no amara a los demás, yo solo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena. Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. Si diera todo lo que tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no amara a los demás, no habría logrado nada.”, 1 Co 13:1-3. Dios nos llama a enfatizar la relación, el apego, la ternura. La mejor parte es la que reclama la profundidad de nuestro ser. “Espero en silencio delante de Dios, porque de él proviene mi victoria. Solo él es mi roca y mi salvación, mi fortaleza donde jamás seré sacudido.”, Sal 62:1-2. “Esto dice el Señor: «Deténganse en el cruce y miren a su alrededor; pregunten por el camino antiguo, el camino justo, y anden en él. Vayan por esa senda y encontrarán descanso para el alma.”, Jer 6:16.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 2 de enero de 2025

Busca otra cosa en nuestras propias vidas

 ¿Programas?

“Estaba distraída con los preparativos para la gran cena.”, Lc 10:40 

Dios no es programable. No somos dueños de Dios y no lo podemos reducir a nuestros gustos personales, familiares, eclesiales u organizacionales. Es necesario escucharle porque tal vez quiere y busca otra cosa en nuestras propias vidas. Es elegir la mejor parte que desea el Señor. Implica dilatar o ampliar nuestros espacios, la superación de nuestras medidas, la disponibilidad y romper el círculo sofocante que nos aleja de él. Es solo hacer una cosa necesaria: “el Señor hablaba con Moisés cara a cara, como cuando alguien habla con un amigo”, Ex 33:11. El Señor nos llama a que nuestro corazón y mente sean más amplios y extendamos el territorio. «Ensancha el espacio de tu tienda y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones y poblará ciudades desoladas”, Is 54:2-3

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 1 de enero de 2025

Año 2025 "A tu nombre le corresponde toda la gloria"

"No a nosotros, oh Señor, no a nosotros, sino a tu nombre le corresponde toda la gloria, por tu amor inagotable y tu fidelidad." Salmo 115:1



Búsqueda y propósito

 Búsqueda y propósito

“Se sentó a los pies del Señor …”, Lc 10:39

Algunas veces los creyentes se preguntan cuál es el propósito para nuestras vidas. Se trata de un descubrimiento progresivo que se da en medio del camino. El Señor nos llama a creer y seguir creyendo, confiar y seguir confiando, avanzar y no detenernos. “La fe cristiana es una fe que nació para caminar”. Es búsqueda, aventura y pasión. Es el inicio al seguimiento de Jesús. Es ser un discípulo, y permanecer como tal. No es una jerarquía o posición organizacional. El discípulo asume la vida de Jesús, la toma para sí en sus opciones y gestos. Es necesario escucharlo, detenernos, centrarnos en él, concederle espacio, sorprendernos. “Después subió al monte y llamó a sí a los que él quiso, y vinieron a él … para que estuvieran con él, …”, Mc 3:13-15. “Porque el Señor y el Espíritu son uno mismo, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. Y nosotros no tenemos ningún velo que nos cubra la cara. Somos como un espejo que refleja la grandeza del Señor, quien cambia nuestra vida. Gracias a la acción de su Espíritu en nosotros, cada vez nos parecemos más a él”, 2 Co 3:17-18. Dia a día siempre hay algo nuevo. Nuestro Dios prepara el banquete y nos dice “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.”, Ap 3:20

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox